EL PRIMERO Y EL ÚLTIMO HOMBRE BUENO DE LA DEMOCRÁCIA
El domingo día 23 de marzo falleció el expresidente del Gobierno Adolfo Suárez a los 81 años de edad en la clínica Centro de Madrid, tras pasar varios días ingresado debido a al agravamiento de su enfermedad. El portavoz de la familia dio el comunicada a las 15.14 horas, once minutos después del deceso. Murió rodeado de su familia que esperaba hacía días el fatal desenlace. La capilla ardiente fue instalada el lunes por la mañana en el Congreso de los Diputados, hasta el martes por la mañana cuando el féretro fue trasladado a la Catedral de Ávila, donde será enterrado junto a su esposa Amparo Illana. El 31 de marzo se celebrará en la Catedral de la Almudena una misa funeral de Estado.
La capilla ardiente se abrió al público en torno a las 12.00 horas, aunque a primera hora de la mañana ya había colas de ciudadanos esperando para acceder al edificio. Una sección militar de honor del Regimiento Inmemorial del Rey ha trasladado el féretro de honor al salón de Los Pasos Perdidos, donde se instaló la capilla ardiente. Más de un millar de personas que aguardaban a las puertas de la Cámara Baja para visitar más tarde la capilla ardiente rompieron en aplausos en medio de un profundo silencio. La capilla ardiente se cerró al público a las 10.00 horas del martes. A las 11.30 horas el féretro fue trasladado a Ávila. Se declararon luto oficial los día s 24, 25 y 26 de marzo, durante los cuales todas las banderas de los edificios públicos españoles, incluidas embajadas, consulados, gobiernos autonómicos y locales, ondearán a media asta. También quedarán suspendidos los actos que conlleven celebraciones, norma por la que están concernidas todas las instituciones públicas.
Funeral de Estado con Honores Militares
Miles de personas despiden a Adolfo Suárez
«Todos deberían aprender de él». Es una de las frases más repetidas por los ciudadanos que este lunes esperaban en la calle desde primera hora el paso del féretro con los restos mortales de Adolfo Suárez, que falleció el domingo. El «mejor presidente», dicen aquellos que guardan cola para entrar en la capilla ardiente, abierta al público a las 12.30 horas.
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El presidente de todos los españoles
Con 43 años fue el presidente que desmontó el franquismo y que pilotó el país hacia el inicio de la democracia, unos inicios que fueron difíciles y complicados, pero que Suárez supo conducir porque era un político que utilizó el diálogo y el consenso como solución en épocas oscuras
Adolfo Suárez y el rey dieron los primeros pasos para llevar a buen puerto la transición democrática, bajo la atenta mirada de los militares. Juntos sentaron las bases de un nuevo sistema político en el que la capacidad ejecutiva recaía en el presidente del Gobierno, mientras que el jefe del Estado se convertía en la máxima figura de representación institucional. Las urnas dieron el visto bueno al proyecto democrático y a la institución monárquica a pesar de las críticas obtenidas debido a la legalización del Partido Comunista dos meses antes de las primera elecciones tras la dictadura franquista. El 15 de junio de 1977, Suárez ganó los comicios con la Unión de Centro Democrático (UCD) y se volcó en conseguir el consenso necesario entre las distintas fuerzas políticas que obtuvieron representación parlamentaria para aprobar la Constitución de 1978. Una vez lograda la democracia las discrepancias con otros partidos políticos, la desconfianza de los militares y los atentados de ETA, provocaron su dimisión en 1981.
«La democracia es sólo un sistema de convivencia. El menos malo de los que existen». El expresidente del Gobierno Adolfo Suárez pronunció estas palabras en una entrevista en 1980. Fue director general de Televisión Española. El primer presidente de la democracia llevaba diez años aquejado de alzhéimer, según reveló su hijo Adolfo en TVE en 2005. Gobernó durante cuatro años y siete meses, con cinco gabinetes, diversas remodelaciones y un total de 58 ministros diferentes. Se enfrentó a dos intentos de golpe de Estado, la inflación, el paro, el terrorismo y el Estado de las autonomías marcaron su tercer mandato. Suárez negó a recibir cualquier remuneración con cargo al Estado por su condición de ex jefe del Gobierno (no como otros que cobran sueltos vitalicios), por lo que los siguientes años, en los que se dedicó a cuidar de su mujer y su hija Marian, enfermas de cáncer, no fueron fáciles. Hipotecó su casa palacio de Ávila y en abril de 1995 Banesto ejecutó la hipoteca al no poder hacer frente al pago. Su mujer falleció en 2001 y su hija lo hizo en 2004, ambas enfermas de cáncer. Una de sus últimas apariciones públicas se produjo en 2003, cuando acompañó a su hijo Adolfo durante un mitin en apoyo a su candidatura a la presidencia de Castilla-La Mancha por el Partido Popular.
Antes de quitarle la vida, su enfermedad le borró la memoria, que a pesar de ser algo terrible sobre todo para la familia, le ha evitado ver en que se está convirtiendo la España que él ayudó a reconstruir y el precipicio hacia donde nos están encaminando los últimos presidentes electos.
Montse M.
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